El solidarismo en Costa Rica es un movimiento que ha marcado un antes y un después en las relaciones laborales del país. Introducido en 1947 por el Licenciado Alberto Martén Chavarría, un destacado economista, abogado y ministro de gobierno, el solidarismo surgió como respuesta a las reformas sociales de la década de 1940 y se ha consolidado como un modelo de colaboración entre empresas y trabajadores.
El 15 de septiembre de 1947, Martén presentó su revolucionario Plan de Capitalización Universal, conocido como el Plan Martén, el cual sentó las bases para el solidarismo. Este plan, concebido con gran creatividad e innovación, proponía una nueva forma de distribuir la riqueza generada por el trabajo, y ha sido la base doctrinaria del solidarismo en Costa Rica desde entonces.
El movimiento obtuvo un reconocimiento importante en 1984 con la promulgación de la Ley de Asociaciones Solidaristas, que otorgó al solidarismo los mismos derechos y prerrogativas legales que otros movimientos sociales como el cooperativismo y el sindicalismo. Posteriormente, en 2011, el solidarismo adquirió un rango constitucional, lo que fortaleció aún más su posición y lo convirtió en uno de los sectores más activos y prometedores del país.
Una visión de futuro
El solidarismo costarricense ha demostrado ser un motor de desarrollo para el país, consolidando relaciones laborales más equitativas y solidarias. A lo largo de su historia, este movimiento ha contribuido a generar mejores condiciones de trabajo y ha impulsado un crecimiento económico sostenible que beneficia tanto a las empresas como a los trabajadores.
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